¡Hola! Soy Loly.

Este blog, de pequeños relatos de vivencias actuales y de mi niñez, nació para contactar de forma diferente con familiares y amig@s.
Gracias por abrir esta ventana de un rinconcito de mí.

martes, 21 de junio de 2011

EL VIEJO ÁRBOL


  El paseo diario de la mañana nos permitía descubrir un rinconcito de la ciudad donde un día decidimos fijar la residencia.

  Aquí y allá, nuestras miradas serpenteaban por las calles rectilíneas buscando en cada rincón su esencia: el origen de aquel festoneado verode pegado a la pared como auténtica sanguijuela; el de las múltiples pisadas de nobles y plebeyos sobre los pulidos adoquines o, en la espadaña, la campana que despierta el silencio monacal.

  Pero aquel día, sombreado de nubes otoñales, dejamos atrás las calles encorsetadas de muros y fachadas y nos adentramos en las afueras, donde la vegetación protagoniza los espacios aireados y el paseo se hace más placentero.

  Fue en una calle transversal donde, en medio de la hilera de árboles sobresalía uno, cuyas ramas se alargaban y entretejían como una red formando, con su cimero follaje, una gran bóveda en todo lo ancho. La amplitud de aquel árbol le permitía adentrarse en el jardín del lado opuesto. Algunas ramas tuvieron que ser cortadas, quedando el sello de la mutilación como fiel testigo.



  Pronto quedé atrapada bajo aquella carpa vegetal, y una sensación de vacío y misterio envolvió mi cuerpo. Mi cuello, con movimientos contorsionistas, se prolongó para seguir, con mirada firme, el camino de sus ramas hasta perderse en las últimas bifurcaciones.